La única verdad inspirada, infalible e inerrante para el hombre es la palabra escrita de Dios, La Biblia.
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Tim. 3:16-17)
..Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." (Mt. 4:4)
vea también: Gn. 2:17-19, 3:1-12, Dt. 8:3, Heb. 1:1-3
Algunos catecismos y obras de teología comienzan con Dios y razonan entonces hacia las Escrituras como una revelación necesaria y que procede de Dios. Este es un enfoque filosófico. Debemos comenzar con las Escrituras. Sólo la Biblia es la verdad objetiva en forma escrita (2 Tm. 3: 16-17). Esto debería garantizar que nuestro pensamiento sea escritural en lugar de filosófico, y por lo tanto consistente en nuestro acercamiento a las realidades Divinas.
La Biblia es nuestra única regla tanto de fe creencia, doctrinal como de práctica. La Escritura es nuestra única fuente objetiva de verdad y conocimiento, y nuestra norma de vida, ya que es la misma Palabra de Dios escriturada (escrita).
Es a través de las Escrituras que tenemos un verdadero conocimiento de Dios, de nosotros mismos y el universo que nos rodea. Podemos saber mucho acerca de Dios mediante su creación (Ro. 1:18-20) y mediante nuestro propio proceso instintivo de pensamiento, pues hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (la revelación natural). Sin embargo, la auto-consistencia moral de Dios (su carácter absolutamente justo), su amor redentor, su gracia y misericordia, y otras características necesariamente morales solo se pueden conocer a través de la historia de la redención escrita en su Palabra.
Es solamente en las Escrituras que podemos encontrar la salvación del pecado, la esperanza de libertad en la obediencia activa y pasiva del Señor Jesucristo; la verdad, la reconciliación objetiva con Dios, y la certeza de la esperanza para el futuro. La naturaleza nos puede animar con sus bellezas y maravillas; podemos tener pensamientos elevados y nobles en nuestra imaginación, pero sólo en las Escrituras podemos encontrar el corazón de Dios revelado y descubrir la gloria y la dulzura del Evangelio.
W. R. Downing
traducción Pr. Thomas Montgomery
El Catecismo Bíblico
Comments