El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de El para siempre.
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." (1 Co. 10:31)
"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Ap. 4:11)
vea también: 1Cor. 29:10-14; Ecl. 7:29; 12:13-14
El universo entero y todo lo que hay en el existe por la buena voluntad y la gloria de Dios. El hombre es el portador de la imagen de Dios, creado como Él y
para Él (Gen. 1:26-28). El hombre fue creado originalmente justo para encontrar significado y pleno cumplimiento en el servicio a Dios, disfrutando de su comunión (Ecl. 7:29).
El primer hombre, Adán, fue creado para "pensar los pensamientos de Dios después de El", es decir, para dar el mismo significado a todas las cosas que Dios les había dado en virtud de su acto creador. En el contexto de la creación original, no caída, nada más se podría añadir al gozo y satisfacción de la primera pareja. Sin embargo, en Adán la raza humana cayó de su justicia original y quedó incapacitada intelectualmente, moralmente depravada y empíricamente pecaminosa (Gen. 3:1-8; Rom. 1:18-25;5:12; 1 Co.2:14; Ef4:13-17).
La salvación en el tiempo y la historia humana es la redención de la imagen divina en el hombre (Ro. 8:29). Para lograr esto fue necesaria de la encarnación, la humillación y la exaltación del Señor Jesucristo (Fil.2:5-11), y la unión de los creyentes con y en Cristo (Ro. 6: 1-14; 8:28-39; Col. 3:1-4). En última instancia, cada atributo divino será glorificado, ya sea en el juicio o la redención del hombre y del universo (2 Pedro 3:7-13).
La naturaleza y el carácter de Dios revelado en la Escritura constituyen la base de toda la verdad, esperanza y confianza para el creyente. Confiamos en Dios y descansamos en Él por fe, no por lo que ha hecho, hace, o podría hacer por nosotros, o a través de nosotros, sino por quién es y lo que es, es decir, la fe descansa en la Persona de Dios, no sólo en sus acciones. Sólo encontramos significado y plenitud cuando lo hacemos en el contexto del verdadero disfrute y gloria de Dios.
¿Ha usted encontrado el fin principal del hombre? ¿Se está dando cuenta de por qué Dios lo creó y lo sitúa en este punto del tiempo en la historia? ¿Es la gloria de Dios su constante y más elevado objetivo? ¿Usted encuentra el gozo en su relación con el Altísimo?
W. R. Downing
traducción Pr. Thomas Montgomery
El Catecismo Bíblico
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